La revolución de la inteligencia artificial (IA) irrumpió en la música de la mano de dos intrépidas startups: en diciembre de 2023 apareció Suno y este abril hizo su debut Udio. Estas empresas utilizan programas que generan canciones con algoritmos de IA entrenados con millones de melodías, armonías y ritmos. En otras palabras, alimentan a sus cerebritos digitales con casi un siglo de música creada por humanos de todos los géneros, y voilà, nacen nuevas canciones.

Pero que no cunda el pánico, los cerebros detrás de Suno y Udio aseguran que no roban ni un acorde ni una voz de ningún artista. Su IA compone su propia sinfonía basada en la gran dieta musical de su base de datos.

Al registrarte te pide llenar cierta información como estilo, voz, instrumentos, título de la canción y Letra (que puedes generar con alguna IA), y listo! te genera una canción.

Sin embargo, Suno y Udio no están haciendo amigos en la industria musical. Hace unas semanas, los tres grandes sellos de la música (Universal, Sony y Warner) les metieron una demanda, acusándolos de violar derechos de autor, porque para entrenar a su IA usan música con copyright. La suma de la demanda aún no se ha revelado, pero se espera que sea considerable.

Mikey Shulman, uno de los cerebros y CEO de Suno, salió a defenderse diciendo: “Nuestra tecnología es revolucionaria; está diseñada para crear resultados completamente nuevos, no para memorizar y escupir contenido preexistente”. Además, si le pides al programa que haga una canción con una voz similar a la de Billy Joel, te contestará que está prohibido usar nombres reales.

Aquí se nos abre un debate jugoso. Similar a cuando demandaron a ChatGPT sobre a quién pertenecían los derechos de autor de una pintura generada por IA y se determinó que el “creador y dueño” es la persona que lo pidió. No cabe duda de que estamos delante de un cambio radical en la creación de música, lo cual tiene a músicos, productores y compositores preocupados. Alegan que su trabajo está siendo robado para crear herramientas que podrían reemplazarlos, especialmente en melodías para publicidad y otros usos comerciales a costos ridículamente bajos. Shulman, por otro lado, argumenta que su IA democratiza el acceso a la creación de música original: -El concepto tradicional de la creación musical está cambiando.-

Ahora tenemos dos partidos en esta pelea: el de Suno y Udio, que afirman defender su porque la IA generativa se convertirá en un pilar de la sociedad moderna. Y, por otro lado, el de las tres grandes disqueras que creen que la IA “amenaza con causar un daño duradero e irreparable a los artistas y sellos discográficos, disminuyendo inevitablemente la calidad de la nueva música disponible para los consumidores y erosionando nuestra cultura compartida”.

¡Vayan sacando las palomitas, esto se va a poner interesante!

Fuente: El Economista